Juan Daniel Moreno
Comonfort, Gto. 18 sep.- Las tortillas que hace Consuelo Venancio Mesita son tan especiales que ha tenido que viajar desde su comunidad, Delgado de Abajo, en Comonfort, hasta el Viejo Continente para que el mismo rey de España las pruebe.
Consuelo Venancio heredera de esta tradición gastronómica es una mujer indígena de la cultura otomí que recibió la encomienda de preservar la elaboración de tortillas a través de las generaciones.
Quiénes comen sus tortillas en pocos segundos no saben que se requiere de todo el año para poder comer de este manjar que representa una ventana al antepasado indígena.
Venancio Mesita explicó las tortillas ceremoniales no solamente se preparan en el comal pues en el mes de marzo se elige en reunión con la familia la mejor semilla de la cosecha anterior para poder ir a sembrar, luego en una la misa del 15 de mayo en honor a san Isidro Labrador se bendice esa semilla y entonces si se lleva a sembrar en una parcela donde no se usan productos químicos solamente las oraciones a Dios y a la madre tierra mantienen la esperanza de ver la cosecha.
Cuando llega la temporada de lluvia que riega la siembra los integrantes de la familia deben ir a desquelitar y limpiar la milpa pues el tiempo de cosecha llega a finales de octubre o principios de noviembre.
Consuelo Venancio explicó que todo es parte del respeto de la cultura otomí hacia la naturaleza y que se ha mezclado con el cristianismo tras la conquista de los españoles, pues explico los otomíes no cazan solamente recolectan los frutos, plantas, y algunos animales como insectos que se encuentran a disposición para poder tener el sustento del día, consideran que tampoco se deben usar productos químicos y aunque la tentación es grande saben que productos como la urea, fertilizantes y abonos industriales a la larga puede dañar la tierra.
La cocinera explico una vez levantada la cosecha se selecciona la mejor semilla que va a quedar nuevamente para sembrar el año próximo como lo han hecho por siglos sus ancestros y el resto se dispone para hacer la masa que servirá para preparar las tortillas.
Consuelito como le llaman los de mas confianza aseveró que todos los días se pueden hacer tortillas pero las tortillas ceremoniales solamente se hacen para eventos especiales no importa si se es otomí o no cualquiera las puede disfrutar pero se debe de hacer con respeto y para ellos la mejor señal de respeto es compartiendo la comida con otros.
Venancio Mesita aseveró que ella ha hecho tortillas desde los 10 años porque anteriormente no cualquier mujer podía entrar al fogón hasta que no supiera voltear la tortilla hasta que se tuviera edad de entender, también dijo a la cocina se debe entrar con absoluta paz, la mejor disposición y alegría para preparar las tortillas; no se pueden decir malas palabras, no se puede estar enojado y se tiene que hacer una oración agradeciendo a Dios y a los ancestros por el alimento una oración que por cierto se hace en ñañu la lengua que prevaleció en la zona del municipio de Comonfort donde ella vive y que aun se mantiene.
“te agradezco abuela, abuelo, papa, mama, mis hijos por todo lo que me has dado madre naturaleza”
Consuelo Venancio indicó ya en el fogón un figura de madera las acompaña, se trata de Oton un otomí de la región que se alió con los chichimecas de la zona norte que hoy es San Miguel de Allende y Dolores Hidalgo para evitar la conquista de los españoles al menos en esta parte serrana, a él le piden el apoyo como amigo, también conto la mujer quien habrá de hacer las tortillas debe llevar un vestido o falda de colores claros para representar la alegría.
Los ingredientes para preparar las tortillas ceremoniales además del maíz que se siembra en estas tierras del poniente del municipio de Comonfort son el Micle una hierba que se hierve y luego se deja serenar durante toda una noche donde resulta una pintura color purpura que servirá para impregnar los sellos de madera de mezquite con los que se pintaran las tortillas, en la cocina se usa la Santa María una planta silvestre con un olor muy parecido al anís que relaja los sentidos de quien prepara las tortillas.
Consuelito mostro los sellos uno con la imagen de san Isidro Labrador y otra con la Cruz del Mesías, este es el más antiguo en su familia tiene tal vez más de 100 años. Según, Venancio Mesita la elaboración de las tortillas ceremoniales es tán importante que representa alegría y logra reunir a la familia fomentando valores, solidaridad y sobretodo felicidad.
La misma cocinera aseguro que en Delgado de Abajo hay muchas mujeres que preparan tortillas aunque tienen sus variantes, por ejemplo a ella le enseñaron que antes de echar la primer tortilla se debe poner el Lele un pedazo de masa que se cose como inicialmente amuleto para que salga bien otras purifican el comal con una limpia con ramas de pirúl.
Venáncio Mesita explico ella fue una de nueve hermanas que han heredado tradiciones pues afirmo su madre la eligió como heredera de las tortillas ceremoniales porque en la cultura otomí cada quien debe hacer lo que más hace con gusto por ello recibió los sellos pero añadió una de sus hermanas heredó un metate porque le sale bien el mole, otra heredo un cazo porque sus buñuelos son incomparables y así cada quien por eso ella también heredo uno de los sellos a una de sus hijas de la cual espera siga con esta tradición.
Mientras sus aliados los chichimecas con cazadores, los otomíes son recolectores y por eso las tortillas ceremoniales se comen con lo que hay a la mano segun la temporada por ejemplo con nopales, xoconostles o en estos tiempos de lluvias chochos y tantarrias, unos insectos que se reproducen y crecen entre los mezquites.
Su nombre se da a conocer
La cocinera recordó que su nombre saltó a la luz pública hace aproximadamente 10 años cuando del Gobierno de Guanajuato empezaron a buscar cocineras tradicionales en todos los municipios, a ella la invitaron a hacer tortillas en Comonfort en un concurso donde nunca imagino ganar pero lo hizo con el gusto de mostrar parte de su cultura, sin embargo aunque había otras mujeres haciendo tortillas ceremoniales ella destacó porque llevaba el sello de madera más antiguo el único que tenía más de un siglo y mucha historia.
Desde entonces Consuelo Venancio ha viajado no sólo por diversos municipios de Guanajuato sino por varias partes del país y hasta ha tenido que atravesar el océano Atlántico para llegar a España en tres ocasiones, donde por cierto su labor le dio una de las mas grandes satisfacciones conocer a un monarca.
Así contó que cuando niña no tenía juguetes y entonces ella hay otros niños que eran pobres, en temporada de lluvias acudían al arroyo que pasa por su comunidad una vez que acababa de llover para ver qué había dejado la corriente, justamente un día se encontró una figurita de un rey y desde entonces le surgió la inquietud de conocer a un rey de verdad, así en una muestra gastronómica de Guanajuato en España llevaba por los pasillos de la exposición un platillo y sus tortillas cunado se topó con un hombre vestido de traje sastre quien le pidió una prueba de aquel platillo de sus manos, Consuelo Venancio lo ofreció con gusto sin saber quién era pues aunque este hombre alto y rubio era seguido por muchas personas incluyendo reporteros y camarógrafos no supo hasta que se fue que se trataba del miso rey de España Juan Carlos, la cocinera dijo haber sentido un poco de decepción porque imaginaba que el rey vestiría con corona y capa y llevaría un ejército cuidándolo en contrate también sintió mucha felicidad de cumplir aquel sueño que tuvo desde niña conocer al rey.
Las demandas
Venancio Mesita dijo que ella se siente gustosa de mostrar no solo las tortillas ceremoniales si no también de compartir con otras personas su experiencia de vida enseñando su lengua el ñañu, su cultura, sus creencias sus tradiciones y su modo de vida.
La cocinera añadió que a veces las autoridades ven a los indígenas como un producto para una digna fotografía o como parte del folclor mexicano, sin embargo en las comunidades indígenas hay muchas necesidades que pasan desapercibidas para los gobernantes algunas tan básicas como la falta de agua, acceso a la educación, a la salud pública, seguridad y sobretodo trabajo.
Así, Consuelo Venancio dijo que llevan 12 años en Delgado de Abajo gestionando el nombramiento de comunidad indígena y no tanto por obtener recursos sino por recuperar esa identidad, pero no se ha podido conseguir; también dijo que hoy las mujeres jóvenes salen a trabajar a las fábricas pero a su modo de ver sería mucho mejor si estas jóvenes indígenas pudieran emplearse en su propia comunidad y atender a su familia, puntualizó que algunas autoridades han cometido el error de imponer la cultura moderna llevando clases de zumba, música de rondalla y otras cosas que deben quedar a libre decisión de cada quien cuando mas bien deberían preocuparse por rescatar la riqueza cultural otomí que aún prevalece en la zona antes que se pierda.
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